domingo, 10 de abril de 2011

Qué es una Basílica

El término basílica significa regia o real, y viene a ser en su derivación “casa real”. Una basílica es un suntuoso edificio público que en la Grecia antigua solía destinarse a tribunal. Posteriormente la basílica pasó a ser un tipo de templo cristiano, y en este sentido se utiliza hoy para designar a un templo de gran importancia.

Para que un templo pueda alcanzar el título basilical, debe reunir tres requisitos. 1) debe ser un templo de regio esplendor, levantando con un perfil destacado. 2) dicho templo debe ser foco espiritual de una comunidad que es santuario para la multitud de devotos que acuden a él. 3) que dicho templo, bajo sus bóvedas, posea un tesoro espiritual y sagrado, dando culto ininterrumpido al Señor, a la Virgen y al Santo venerado en él.

El templo de San José de Flores, fue elevado a la dignidad de Basílica Menor el 20 de enero de 1912, por el papa San Pío X. Las celebraciones por tan honroso título fueron exteriorizadas en la Fiesta del Patrocinio de San José, el 28 de abril de 1912. En dichas fiestas, se inauguraron los 6 cuadros sobre la vida de San José, telas de Ulises Pasani Roma (1912), y el órgano de tubos que posee el templo (14 de abril de 1912)

  (sigue...)

Las insignias: Para manifestar externamente los tres requisitos, la Santa Sede concede tres insignias a la Basílica: 

La umbella basilical. Es una sombrilla a dos colores, escarlata y amarillo, tal como la usaban los emperadores de Oriente. Está ubicada en un lateral del presbiterio, generalmente abierta en días de indulgencia o de grandes fiestas.

El tintinábulo: Es un marco grande y dorado, con la imagen del patrono en el centro, colocada en un asta muy elevada y coronada a su vez por una pequeña umbella bicolor. Posee una campanilla que tintinea (de ahí el nombre), y que suele tocarse en grandes solemnidades litúrgicas. Está ubicado en el lateral opuesto del presbiterio.



El escudo de armas: Una Basílica posee un escudo de armas, o escudo real. En el caso de San José de Flores, se cruzan la vara florecida del Santo Patrono con la llave pontificia, y cubriendo a ambas una umbella basilical a medio abrir. Este escudo se repite en diversos lugares de la basílica, por ejemplo: en el remate de las puertas de la sacristía y del camarín del santo, en el reverso de los estandartes parroquiales, en las puertas del frente del templo, en el nicho central de San José en el altar mayor.



La vara florecida representa a San José, el cual según una antigua tradición a través del florecimiento de una vara de almendro o de lirio, como el designado por Dios para ser el esposo de la Virgen María.

La llave representa a la Santa Sede, a la cual la Basílica está unida espiritualmente por las gracias e indulgencias concedidas a este templo, en el cual Dios está presente de una manera más fuerte a través de la vida sacramental de los fieles que aquí se acercan.

La umbella cubre tanto la vara josefina como la llave del sucesor de Pedro significando que en ambas encontramos la casa del Padre Dios, casa real donde se reúne el pueblo de reyes que es la Iglesia de Cristo.


© Luis Avellaneda - Marzo de 2005

No hay comentarios: